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Hace años, a la vuelta de mi primer retiro de meditación, me encontré con un viejo amigo. Estaba creando una empresa y me dijo que aplicaba criterios de FS en la reforma del local. Como no tenía ni idea de que me hablaba, decidí indagar. En un breve periodo asistí, en Madrid, a varios cursos básicos y entré en un estado obsesivo en el que veía amenazas por todos lados. Mi casa se había convertido en mi enemiga y yo sentía que no avanzaba ni en el conocimiento ni en la práctica. Todos los cursos eran parecidos, se hablaba mucho de las malas energías y a partir de un punto no se progresaba. Yo quería profundizar.
Una disciplina milenaria, basada en los principios de la medicina tradicional china no podía tener un recorrido tan corto. La curiosidad me orientó a otras escuelas y otras visiones más amplias, que me mantuvieron años aprendiendo y experimentando el mundo de la energía.
Uno de mis maestros decía: “si quieres hacer un buen trabajo de Feng Shui que ayude a los demás, tienes que estar bien afinada, acumular energía y conocerte a fondo. Debes cultivarte tú, manejar a la perfección las herramientas qué utilizas y experimentar todo lo que puedas. Escucha la Naturaleza, conecta con los elementos. Como dicen los taoístas: la Naturaleza es el único maestro al que vale la pena escuchar…”
Fueron los viajes al desierto mejicano, con el fuego bajo las estrellas, con las interminables y agotadoras caminatas en silencio. Las agujetas, las caídas, la lluvia, el barro, la desesperación y, sobre todo, la impresionante soledad, las que lograron que viera el mundo desde otra perspectiva. Con más sentido. Dándome cuenta cómo somos parte del todo y cómo el todo somos nosotros. Supe que necesitamos establecer una conexión. Y que ese es un buen modelo a seguir, el que marca la naturaleza.
En China percibí los pormenores del Feng Shui y sus niveles de aplicación. Ciudades enormes como Shanghái o los templos taoístas de las montañas de Wudan, me sorprendieron con un amplio panorama de cómo se puede aplicar esta disciplina milenaria a espacios de distinta escala.
En India aprendí como aplican el Vastu, una disciplina energética semejante al Feng Shui, para elegir los lugares de construcción de los templos y de algunos edificios oficiales.
He podido comprobar personalmente como grandes culturas antiguas cumplen determinadas condiciones concretas para elegir espacios y erigir construcciones. En China, México, India, Perú, Turquía y España algunas emblemáticas construcciones antiguas presentan determinadas características en cuanto a orientación y energía telúrica. En todas se busca que el desarrollo de la vida sea plenamente satisfactorio, que propicie una buena salud, un buen descanso, buenas cosechas, una ganadería sana y fértil. Incluso si miramos más atrás, en las culturas prehistóricas, la intención iba más allá de la vida. Dólmenes y megalitos fueron levantados como auténticas puertas hacia la eternidad. Parece que se elegían con precisión los lugares que reunían ciertas condiciones energéticas concretas.
El estudio de la MTC me ayudó a distinguir los caminos energéticos que recorren el cuerpo de todo ser vivo: las personas, los animales, las plantas y, por supuesto, el planeta Tierra. Un paso más y el mapa se completa: meridianos energéticos que, desde nuestra casa, conectan con la fuerza del Universo y nos facilitan encontrar la plenitud. El reflejo de los astros en nuestros espacios, las influencias de los elementos en nuestro bienestar. Descubrí el secreto de que conectando adecuadamente, con las enormes fuerzas disponibles, podemos obtener lo que queramos. Conseguir objetivos en la vida, como mejorar la salud, materializar un sueño largamente incubado, o construir un nuevo proyecto de vida, puede ser factible, según obtengas más o menos energía.
Este proceso de descubrimiento, desde que llevada por la curiosidad busqué que significaba FS, ha cambiado por completo mi vida. He pasado de vivir una vida monótona y automática a hacerme más consciente del intenso e invisible vínculo hombre-entorno. Esto me ha traído innegables mejoras de aspectos inherentes a mi vida: aparecieron personas más sabias e interesantes, mejoró mi economía, obtuve más satisfacción con mi trabajo. Algunas situaciones que resultaban desgastantes simplemente desaparecieron. Mi salud mejoró, también mi descanso y calidad de sueño. Obtuve la fuerza necesaria para cerrar etapas pendientes de forma adecuada.
La evolución y revolución que sobrevino en mi vida vino acompañada de una fuerte determinación de ayudar a otras personas a cambiar su realidad, si no les gusta la que tienen.
En mis estudios de Feng Shui, sean de vivienda o lugar de trabajo lo más importante siempre eres tú y todo con lo que te relacionas. Por eso lo primero que hago es evaluar detalladamente el entorno inmediato y las distintas energías que fluyen en los lugares que habitas, para detectar posibles desequilibrios y alteraciones.
Es a partir de ese primer diagnóstico que necesito saber cómo te relacionas con el espacio que habitas. Cómo estas, cómo te sientes, cuáles son tus anhelos futuros y cuales han sido tus fracasos pasados, te escucho. A partir de entonces te ofrezco pautas sencillas y asequibles para efectuar modificaciones y armonizaciones en tus espacios que enfocaran tu vida, tus proyectos y tu salud en camino de conseguir la plenitud.
La esencia de mis estudios es la síntesis y actualización de las principales escuelas tradicionales de Feng Shui. A partir de esa base, analizo conjuntamente contigo los materiales, los colores, las imágenes, los objetos, y las energías presentes y ausentes. Reconocemos el carácter, las estrellas del espacio habitable y las necesidades específicas que se requieren para la activación de cada zona. Te muestro la relación de las distintas áreas con los aspectos de tu vida para que puedas poner conciencia.
Finalmente, vamos mucho más allá que cualquier otro estudio de Feng Shui pues utilizo dos disciplinas como la Geoacupuntura y la Geocromoterapia para incrementar y estabilizar la extensión de los efectos energéticos propuestos para que se produzca tu deseada transformación.
La geoacupuntura es un procedimiento activador de la energía de los espacios basado en la acupuntura porque:
Todos los seres vivos, incluida la Tierra, poseen un sistema reticular de canales por donde circula la energía, los meridianos, dentro de los que existen puntos concretos en donde interviniendo con precisión es posible neutralizar, potenciar o dinamizar la energía según el objetivo que se pretenda. Es el mismo procedimiento utilizado por los acupuntores y antiguos geomantes y constructores de megalitos y templos, unos actúan sobre la energía de los seres humanos y los otros lo hacían sobre la energía de la Tierra.
La Geocromoterapia es una técnica que mediante el uso de formas geométricas combinadas con color y luz permite la activación inmediata energías estancadas.
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